Por otra parte, en la etapa de evaluación es posible distinguir tres subetapas: la
medición de la rentabilidad del proyecto, el análisis de las variables cualitativas y la
sensibilización del proyecto.
Cuando se calcula la rentabilidad, se hace sobre la base de un flujo de caja que
se proyecta, a su vez, sobre la base de una serie de supuestos.
El análisis cualitativo
complementa la evaluación realizada con todos aquellos elementos no cuantificables
que podrían incidir en la decisión de realizar o no el proyecto.
A la identificación de los aspectos más débiles del proyecto evaluado debe darse
una dedicación especial; así, la última subetapa se podrá abocar a sensibilizar sólo
aquellos aspectos que podrían, al tener mayores posibilidades de un comportamiento
distinto al previsto, determinar cambios importantes en la rentabilidad calculada.
El análisis completo de un proyecto requiere, por lo menos, la realización de
cuatro estudios complementarios: de mercado, técnico, organizacional-administrativo-
legal y financiero. Mientras los tres primeros proporcionan fundamentalmente
información económica de costos y beneficios, el último, además de generar información,
construye los flujos de caja y evalúa el proyecto. Junto con los estudios
anteriores se debe considerar un estudio o análisis de impacto ambiental, estudio
transversal al estudio de la viabilidad económica de un proyecto. El cuadro 2.1 esquematiza
lo señalado.
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