Un proyecto que involucra la ampliación de la capacidad de producción obliga necesariamente a considerar el impacto de dicha ampliación sobre las estructuras de costos y beneficios vigentes de la empresa.
Los proyectos se clasifican según la finalidad del estudio y según el objeto de la inversión (ver gráfico 1.2).
Según la finalidad del estudio, los proyectos se hacen para evaluar:
1. La rentabilidad del proyecto
2. La rentabilidad del inversionista
3. La capacidad de pago del proyecto
Según el objeto de la inversión, los proyectos se hacen para evaluar:
1. La creación de un nuevo negocio
2. Un proyecto de modernización. El cual puede incluir:
− Externalización
− Internalización
− Reemplazo
− Ampliación
− Abandono
miércoles, 28 de enero de 2015
martes, 27 de enero de 2015
Tipología de los proyectos - I
En este texto la evaluación de proyectos se entenderá como un instrumento que
provee información a quien debe tomar decisiones de inversión. Es obvio que para
ello el inversionista tendrá que considerar una serie de variables, de tipo político,
estratégico o ético, entre otras.
Uno de los primeros problemas que se observan al evaluar un proyecto es la gran
diversidad de tipos que se pueden encontrar, dependiendo tanto del objetivo del estudio,
como de la finalidad de la inversión.
Según el objetivo o la finalidad del estudio, es decir, de acuerdo con lo que se
espera medir con la evaluación, es posible identificar tres tipos de proyectos que
obligan a conocer tres formas de obtener los flujos de caja para lograr el resultado
deseado.
Éstas son:
a) Estudios para medir la rentabilidad del proyecto, es decir, del total de la inversión,
independientemente de dónde provengan los fondos.
b) Estudios para medir la rentabilidad de los recursos propios invertidos en el proyecto.
c) Estudios para medir la capacidad del propio proyecto para enfrentar los compromisos
de pago asumidos en un eventual endeudamiento para su realización Para el evaluador de proyectos es necesario y fundamental diferenciar entre la rentabilidad
del proyecto y la rentabilidad del inversionista.
Mientras en el primer caso se
busca medir la rentabilidad de un negocio, independientemente de quién lo haga, en
el segundo interesa, contrariamente, medir la rentabilidad de los recursos propios del
inversionista en la eventualidad de que se lleve a cabo el proyecto.
Aunque la evaluación de proyectos de inversión en empresas en marcha tiene
diferencias significativas respecto de la evaluación de proyectos para medir la conveniencia
de la creación de nuevos negocios, los fundamentos conceptuales básicos son
comunes a ambos tipos de estudios.
Según la finalidad o el objeto de la inversión, es decir, del objetivo de la asignación
de recursos, es posible distinguir entre proyectos que buscan crear nuevos
negocios o empresas y proyectos que buscan evaluar un cambio, mejora o modernización
en una empresa ya existente. En el primer caso, la evaluación se concentrará
en determinar todos los costos y beneficios asociados directamente con la inversión.
En el segundo, sólo considerará aquellos que son relevantes para la decisión que se
deberá tomar.
Así, por ejemplo, si se evalúa el reemplazo de una ambulancia, el costo
de la remuneración del chofer es irrelevante, por cuanto sin importar la marca por la
que se opte, el sueldo será el mismo.
Entre los proyectos más frecuentes en las empresas en funcionamiento se identifican,
por ejemplo, proyectos que involucran el outsourcing,1 la internalización de
servicios o elaboración de productos provistos por empresas externas, la ampliación
de los niveles de operación de la empresa, el abandono de ciertas líneas de producción,
o el simple reemplazo de activos que pueden o no implicar cambios en algunos
costos, mas no en los ingresos ni en el nivel de operación de la empresa.
Una clasificación más profunda permitiría identificar varias opciones para un mismo
proyecto.
Por ejemplo, proyectos que enfrentan una ampliación mediante el reemplazo
de equipos de menor a otros de mayor capacidad, o que solucionan la
ampliación con una inversión complementaria que se adiciona a los activos actuales.
Con ambas alternativas se soluciona el mismo problema de crecimiento, pero con
fuertes y distintas implicancias sobre el trabajo del evaluador. De la misma manera,
cada uno de los casos anteriores también se puede clasificar en función de su fuente
de financiamiento, distinguiéndose entre aquellos financiados con leasing los financiados
por endeudamiento con el sistema financiero o con proveedores, los financiados
con recursos propios y los financiados con una combinación de estas fuentes.
lunes, 26 de enero de 2015
La toma de decisiones asociadas con un proyecto
Existen diversos mecanismos operacionales por los cuales un empresario decide
invertir recursos económicos en un determinado proyecto.
Los niveles decisorios
son múltiples y variados, puesto que en el mundo moderno cada vez es menor la
posibilidad de tomar decisiones de manera unipersonal. Regularmente, los proyectos
están asociados interdisciplinariamente y requieren diversas instancias de
apoyo técnico antes de ser sometidos a la aprobación de cada nivel.
No existe una concepción rígida definida en términos de establecer mecanismos
precisos en la toma de decisiones asociadas con un proyecto. No obstante, resulta
obvio señalar que la adopción de decisiones exige disponer de un sinnúmero de antecedentes
que permitan que ésta se efectúe inteligentemente.
Para ello se requiere
la aplicación de técnicas asociadas con la idea que origina un proyecto, lo que conceptualicen mediante un raciocinio lógico que implique considerar toda una gama
de factores que participan en el proceso de concreción y puesta en marcha.
Toda toma de decisión implica un riesgo. Obviamente, algunas decisiones tienen
un menor grado de incertidumbre y otras son muy riesgosas. Resulta lógico pensar
que frente a decisiones de mayor riesgo, exista como consecuencia una opción de
mayor rentabilidad.
Sin embargo, lo fundamental en la toma de decisiones es que
éstas se encuentren cimentadas en antecedentes básicos concretos que hagan que
se adopten concienzudamente y con el más pleno conocimiento de las distintas variables
que entran en juego. Éstas, una vez valoradas, permitirán en última instancia
adoptar conscientemente las mejores decisiones posibles.
En el complejo mundo moderno, donde los cambios de toda índole se producen
a una velocidad vertiginosa, resulta imperiosamente necesario disponer de un conjunto
de antecedentes justificatorios que aseguren una acertada toma de decisiones
y hagan posible disminuir el riesgo de equivocarse al decidir la ejecución de un
determinado proyecto.
A ese conjunto de antecedentes justificatorios, mediante los cuales se establecen
las ventajas y desventajas que tiene la asignación de recursos para una idea o un
objetivo determinado, se denomina “evaluación de proyectos”.
sábado, 24 de enero de 2015
Preparación y evaluación de proyectos - III
La inestabilidad de la naturaleza, el entorno institucional, la normativa legal y muchos
otros factores hacen que la predicción perfecta sea un imposible.
Lo anterior no debe servir de excusa para no evaluar proyectos.
Por el contrario,
con la preparación y evaluación será posible reducir la incertidumbre inicial respecto
de la conveniencia de llevar a cabo una inversión. La decisión que se tome con más
información siempre será mejor, salvo el azar, que aquella que se tome con poca
información.Los aspectos indicados señalan que no es posible calificar de malo un proyecto
por el solo hecho de no haber tenido éxito práctico.
Tampoco puede ser catalogado
de bueno un proyecto que, teniendo éxito, ha estado sostenido mediante expedientes
casuísticos. Los subsidios, en cualquiera de sus múltiples formas, pueden hacer viables
proyectos que no debieran serlo al eliminarse los factores de subsidiariedad que
los apoyaban.
Así, por ejemplo, en un país con barreras arancelarias, muchos proyectos resultan
rentables por el hecho de existir trabas impositivas a la posible competencia externa.
Al eliminarse estas barreras, el proyecto se transforma en inconveniente por este único
hecho. Los tratados de libre comercio han traído como consecuencia que numerosos
proyectos en marcha hayan tenido que estudiar la situación a la que se enfrentarían al
cambiar las condiciones del entorno, generándose nuevas ideas de proyectos tendientes
a buscar soluciones inteligentes en relación con el nuevo escenario.
Por otra parte, también existen cambios socioculturales que traen como consecuencia
que los hábitos o costumbres de los consumidores tiendan a modificarse con
el paso del tiempo, por lo que los gustos y preferencias generan demandas por nuevos
productos o simplemente el abandono de otros que normalmente se consumían.
En
toda empresa en funcionamiento los cambios que puedan producirse afectarán, de
una manera u otra, los flujos futuros, por lo que la aplicación de las técnicas de evaluación
y preparación de proyectos adquiere una gran importancia para el análisis de
los cambios que necesariamente todo proyecto conlleva.
¿Cuándo puede el proyecto ser calificado como bueno o malo? ¿Antes o después
de que cambien las circunstancias políticas, sociales o económicas?
Lo anterior lleva
a determinar que un proyecto está asociado con una multiplicidad de circunstancias
que lo afectan, las cuales, al variar, lógicamente producen cambios en su concepción
y, por tanto, en la rentabilidad que se espera de él.
viernes, 23 de enero de 2015
Preparación y evaluación de proyectos - II
La optimación de la solución, sin embargo, se inicia incluso antes de preparar y
evaluar un proyecto. En efecto, al identificar un problema que se va a solucionar con
el proyecto, o una oportunidad de negocios que se va a hacer viable con él, deberán
prioritariamente, buscarse todas las opciones que conduzcan al objetivo.
Cada opción
será un proyecto.
En una primera etapa se preparará el proyecto, es decir, se determinará la magnitud
de sus inversiones, costos y beneficios. En una segunda etapa, se evaluará el proyecto,
en otras palabras, se medirá la rentabilidad de la inversión. Ambas etapas constituyen
lo que se conoce como la preinversión.
En el éxito o fracaso de un proyecto influyen múltiples factores.
En general se
puede señalar que si el bien ofrecido o el servicio es rechazado por la comunidad,
eso significa que la asignación de recursos adoleció de los defectos de diagnóstico
o de análisis que lo hicieron inadecuado para las expectativas de satisfacción de las
necesidades del conglomerado humano.
Las causas del fracaso o del éxito pueden ser múltiples y de diversa naturaleza. Un
cambio tecnológico importante puede transformar un proyecto rentable en uno fallido.
Cuanto más acentuado sea el cambio que produzca, mayor será el efecto sobre
el proyecto.
Los cambios en el contexto político también pueden generar profundas transformaciones
cualitativas y cuantitativas en los proyectos en marcha.
La concepción de
un proyecto destinado a llevar gas de Bolivia a Chile, por ejemplo, puede resultar
económicamente rentable, pero políticamente inviable, como consecuencia de la situación
de controversia que ha caracterizado las relaciones diplomáticas entre ambos
países. Probablemente si se resolviese el problema de la demanda marítima boliviana,
el proyecto de llevar gas podría ser implementado y generar rentabilidad para ambas
naciones.
De menor importancia pueden ser los cambios de gobierno o las variaciones
de política económica en un país determinado. Pero, así mismo, cualquier cambio
en la concepción del poder político en otras naciones puede afectar directamente
algunos proyectos o tener repercusión indirecta en otros.
Los cambios en las relaciones comerciales internacionales también son importantes.
Por ejemplo, ciertas restricciones no previstas implementadas por algún país para
la importación de productos como los que elabora la empresa creada con el estudio
de un proyecto, podrían hacer que ésta fracase.
jueves, 22 de enero de 2015
Preparación y evaluación de proyectos - I
Un proyecto es, ni más ni menos, la búsqueda de una solución inteligente al planteamiento
de un problema tendiente a resolver, entre tantos, una necesidad humana.
Cualquiera que sea la idea que se pretende implementar, la inversión, la
metodología o la tecnología por aplicar, ella conlleva necesariamente la búsqueda
de proposiciones coherentes destinadas a resolver las necesidades de la persona
humana.
El proyecto surge como respuesta a una “idea” que busca la solución de un problema
(reemplazo de tecnología obsoleta, abandono de una línea de productos) o la
manera de aprovechar una oportunidad de negocio.
Ésta por lo general corresponde
a la solución de un problema de terceros, por ejemplo, la demanda insatisfecha de
algún producto, o la sustitución de importaciones de productos que se encarecen por
el flete y los costos de distribución en el país.
Si se desea evaluar un proyecto de creación de un nuevo negocio, ampliar las instalaciones
de una industria, o reemplazar su tecnología, cubrir un vacío en el mercado,
sustituir importaciones, lanzar un nuevo producto, proveer servicios, crear polos
de desarrollo, aprovechar los recursos naturales, sustituir producción artesanal por
fabril o por razones de Estado y seguridad nacional, entre otros, ese proyecto debe
evaluarse en términos de conveniencia, de manera que se asegure que resolverá una
necesidad humana eficiente, segura y rentablemente (ver gráfico 1.1). En otras palabras,
se pretende dar la mejor solución al “problema económico” que se ha planteado,
y así conseguir que se disponga de los antecedentes y la información necesarios para
asignar racionalmente los recursos escasos a la alternativa de solución más eficiente y
viable frente a una necesidad humana percibida.
lunes, 19 de enero de 2015
El estudio de proyectos
La preparación y evaluación de proyectos se ha transformado en un instrumento
de uso prioritario entre los agentes económicos que participan en cualquiera de
las etapas de la asignación de recursos para implementar iniciativas de inversión.
El objetivo de este capítulo es introducir los conceptos básicos de una técnica
que busca recopilar, crear y analizar, de manera sistemática, un conjunto de antecedentes
económicos que permitan juzgar cualitativa y cuantitativamente las ventajas
y desventajas de asignar recursos a una determinada iniciativa. Los alcances de la
ciencia económica y de las distintas técnicas se han desarrollado para la medición
adecuada de esas ventajas y desventajas constituyen los elementos básicos de análisis
de este texto.
Para muchos, la preparación y evaluación de un proyecto es un instrumento de
decisión que determina que si éste se muestra rentable debe implementarse, pero
que si resulta no rentable debe abandonarse. Nuestra opción es que la técnica no
debe ser tomada como decisional, sino como una posibilidad de proporcionar más
información a quien debe decidir. Así, será posible rechazar un proyecto rentable y
aceptar uno no rentable.
domingo, 18 de enero de 2015
sábado, 17 de enero de 2015
viernes, 16 de enero de 2015
jueves, 15 de enero de 2015
miércoles, 14 de enero de 2015
domingo, 4 de enero de 2015
sábado, 3 de enero de 2015
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