La inestabilidad de la naturaleza, el entorno institucional, la normativa legal y muchos
otros factores hacen que la predicción perfecta sea un imposible.
Lo anterior no debe servir de excusa para no evaluar proyectos.
Por el contrario,
con la preparación y evaluación será posible reducir la incertidumbre inicial respecto
de la conveniencia de llevar a cabo una inversión. La decisión que se tome con más
información siempre será mejor, salvo el azar, que aquella que se tome con poca
información.Los aspectos indicados señalan que no es posible calificar de malo un proyecto
por el solo hecho de no haber tenido éxito práctico.
Tampoco puede ser catalogado
de bueno un proyecto que, teniendo éxito, ha estado sostenido mediante expedientes
casuísticos. Los subsidios, en cualquiera de sus múltiples formas, pueden hacer viables
proyectos que no debieran serlo al eliminarse los factores de subsidiariedad que
los apoyaban.
Así, por ejemplo, en un país con barreras arancelarias, muchos proyectos resultan
rentables por el hecho de existir trabas impositivas a la posible competencia externa.
Al eliminarse estas barreras, el proyecto se transforma en inconveniente por este único
hecho. Los tratados de libre comercio han traído como consecuencia que numerosos
proyectos en marcha hayan tenido que estudiar la situación a la que se enfrentarían al
cambiar las condiciones del entorno, generándose nuevas ideas de proyectos tendientes
a buscar soluciones inteligentes en relación con el nuevo escenario.
Por otra parte, también existen cambios socioculturales que traen como consecuencia
que los hábitos o costumbres de los consumidores tiendan a modificarse con
el paso del tiempo, por lo que los gustos y preferencias generan demandas por nuevos
productos o simplemente el abandono de otros que normalmente se consumían.
En
toda empresa en funcionamiento los cambios que puedan producirse afectarán, de
una manera u otra, los flujos futuros, por lo que la aplicación de las técnicas de evaluación
y preparación de proyectos adquiere una gran importancia para el análisis de
los cambios que necesariamente todo proyecto conlleva.
¿Cuándo puede el proyecto ser calificado como bueno o malo? ¿Antes o después
de que cambien las circunstancias políticas, sociales o económicas?
Lo anterior lleva
a determinar que un proyecto está asociado con una multiplicidad de circunstancias
que lo afectan, las cuales, al variar, lógicamente producen cambios en su concepción
y, por tanto, en la rentabilidad que se espera de él.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario