La optimación de la solución, sin embargo, se inicia incluso antes de preparar y
evaluar un proyecto. En efecto, al identificar un problema que se va a solucionar con
el proyecto, o una oportunidad de negocios que se va a hacer viable con él, deberán
prioritariamente, buscarse todas las opciones que conduzcan al objetivo.
Cada opción
será un proyecto.
En una primera etapa se preparará el proyecto, es decir, se determinará la magnitud
de sus inversiones, costos y beneficios. En una segunda etapa, se evaluará el proyecto,
en otras palabras, se medirá la rentabilidad de la inversión. Ambas etapas constituyen
lo que se conoce como la preinversión.
En el éxito o fracaso de un proyecto influyen múltiples factores.
En general se
puede señalar que si el bien ofrecido o el servicio es rechazado por la comunidad,
eso significa que la asignación de recursos adoleció de los defectos de diagnóstico
o de análisis que lo hicieron inadecuado para las expectativas de satisfacción de las
necesidades del conglomerado humano.
Las causas del fracaso o del éxito pueden ser múltiples y de diversa naturaleza. Un
cambio tecnológico importante puede transformar un proyecto rentable en uno fallido.
Cuanto más acentuado sea el cambio que produzca, mayor será el efecto sobre
el proyecto.
Los cambios en el contexto político también pueden generar profundas transformaciones
cualitativas y cuantitativas en los proyectos en marcha.
La concepción de
un proyecto destinado a llevar gas de Bolivia a Chile, por ejemplo, puede resultar
económicamente rentable, pero políticamente inviable, como consecuencia de la situación
de controversia que ha caracterizado las relaciones diplomáticas entre ambos
países. Probablemente si se resolviese el problema de la demanda marítima boliviana,
el proyecto de llevar gas podría ser implementado y generar rentabilidad para ambas
naciones.
De menor importancia pueden ser los cambios de gobierno o las variaciones
de política económica en un país determinado. Pero, así mismo, cualquier cambio
en la concepción del poder político en otras naciones puede afectar directamente
algunos proyectos o tener repercusión indirecta en otros.
Los cambios en las relaciones comerciales internacionales también son importantes.
Por ejemplo, ciertas restricciones no previstas implementadas por algún país para
la importación de productos como los que elabora la empresa creada con el estudio
de un proyecto, podrían hacer que ésta fracase.
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