El método de valoración contingente busca determinar la disposición a pagar de las
personas por los beneficios que se espera produzca el proyecto. Por ejemplo, por el
derecho de uso de las vías exclusivas que hagan el tráfico más expedito o por ver las
aguas de un lago descontaminadas para recuperar un espacio de recreación. Muchas
variables determinan esta disposición a pagar; por ejemplo, el nivel de ingreso
de la población o la cercanía y capacidad de acceso a las zonas mejoradas.
El método del costo evitado considera que el costo asociado con una externalidad
debe ser asumido por el proyecto que la ocasiona, para lo cual incorpora dentro de
los costos el gasto de subsanar el daño causado o, dentro de los beneficios, el costo
que la inversión evitaría al resto de la comunidad.
El método de los precios hedónicos busca determinar todos los atributos de un bien
que podrían explicar el precio que las personas están dispuestas a pagar por él. Es
decir, considera que el precio refleja, entre otras cosas, la calidad del ambiente que
se verá afectado por el proyecto. Por ejemplo, al pavimentar una calle de tierra, las
viviendas de esa calle suben sustancialmente de precio, en términos relativos, que
aquellas viviendas donde se repavimenta su calle, a pesar de que probablemente el
costo de repavimentar sea superior al de pavimentar.
Desde la perspectiva de la evaluación privada de proyectos, lo que interesa es
medir los costos y beneficios que con mayor probabilidad enfrentará el inversionista.
Si el proyecto puede afrontar la posibilidad de un desembolso futuro para compensar
el daño causado, éste valor deberá incorporarse en el proyecto.
Si existen normas concretas que restrinjan la formulación del proyecto, como por
ejemplo el impedimento de construir un edificio para arriendo de estacionamientos por
el impacto vial que ocasiona sobre la calle, el evaluador deberá investigar la existencia
de otras opciones. Si la demanda hace recomendable, desde el punto de vista de la rentabilidad
privada, la construcción de ochocientos estacionamientos y existe una restricción
establecida al tamaño por el impacto vial negativo que este proyecto ocasionará,
se deberá estudiar la conveniencia de un tamaño inferior, con salidas a distintas calles,
pero que cumpla con la norma, o el traslado de la ubicación a otro lugar.
Entre otros efectos ambientales directos, la evaluación privada deberá incluir, entre
otros, los siguientes costos: para cumplir con las normas de control de las emanaciones
de gases o contaminación de aguas; para eliminar, reciclar o biodegradar residuos
sólidos que no pueden ser depositados en lugares bajo control y autorizados para
tales fines; para acceder a materias primas que cumplan con las normas ambientales
en cuanto a los residuos de embalaje o transporte; para cumplir con las normas ambientales
vinculadas con la comercialización del producto elaborado por el proyecto,
como las restricciones de algunos países a aceptar la importación de productos en
embalajes no reciclables, reutilizables o no biodegradables, etc.
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