Figura 8-3 |
En los proyectos sociales la situación es diferente. Hay que analizar la relación existente entre costos,
expresados en moneda, y productos, que en muchos casos carecen de traducción monetaria; al relacionar
ambos términos se analiza la eficiencia operacional.
Ahora bien, el proyecto social no solo persigue
maximizar la eficiencia operacional sino, primordialmente, el impacto.
En un programa nutricional podría encontrarse que hay un alto grado de eficiencia, entendida como la
producción de las rafe iones a un mínimo costo, con un bajo grado de eficacia, que se refleja en la
ausencia de cambio; nutricionales en la población objetivo.
Para no elaborar programas eficientes
pero ineficaces, es necesario que se considere también su impacto.
Ello se logra con el análisis costo-eficiencia (ACE). que es el instrumento más apto para captar las
especifidades de tales programas, aun cuando no debe descartarse el análisis costo-beneficio, cuando
este es aplicable.
Finalmente conviene efectuar algunos breves comentarios respecto a las evaluaciones ex -ante y ex-
post. La primera busca generar un criterio de aceptación o rechazo del proyecto, y jerarquizar los
proyectos aceptables, mediante la utilización sea del ACB o del ACE.
La evaluación ex-post, en cambio se realiza durante el proceso de implementación del proyecto o
después de su terminación. Si se realiza "durante" pretende analizar la eficiencia operacional del
funcionamiento del provecto, para poder programar de acuerdo a los resultados del análisis. Mientras
el proyecto se esté ejecutando es necesario que se realicen evaluaciones periódicas de impacto, para
determinar la medida en que se está modificando la situación de la población objetivo como resultado
del proyecto.
Si se evalúa "después", lo que se pretende es medir el impacto y así aprender de la experiencia, que
podrá utilizarse para diseñar otros proyectos que persigan fines semejantes.
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