Un impacto fuerte que ha tenido la concepción contable en la mente de las personas ha sido la difusión
de la creencia, en forma intensa por cierto, de que e! valor de las cosas guarda una directa relación con
su precio; más aún que su precio refleja su valor.
De esta manera, cuando nos preguntan cuál es el valor de una máquina que poseemos pensamos
inmediatamente en lo que pagamos por ella, y haciendo algunos ajustes llegamos a una cifra que en
nuestro concepto es el valor de la máquina. Los ajustes que hacemos están relacionados
primordialmente con el desgaste de la máquina y con su obsolescencia; posiblemente también
incorporamos consideraciones de tipo inflacionario y ocasionalmente pensamos en su costo de
reposición.
Sin embargo, casi nunca asociamos la riqueza que genera la máquina, con su precio, que en último
análisis es el único valor relevante que efectivamente tiene un recurso. Este valor constituye el valor
de oportunidad.
El valor de oportunidad depende de las opciones de inversión que tiene una persona o una institución
veamos un ejemplo:
El Sr. N.N que es un hábil inversionista, tiene las siguientes posibilidades de inversión:
- Fábrica de calzados - rentabilidad 35% anual
- Fábrica de perfumes - rentabilidad 40% anual
- Sembrar margaritas en chapare - rentabilidad 1.000% anual
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