Los usuarios de agua riegan los terrenos de su propiedad, consecuentemente el área de influencia
depende de los limites de la comunidad o grupo beneficiario. La aptitud de los terrenos para el riego
rara vez es un criterio decisivo para fijar el área de influencia.
1. En proyectos de riego nuevos, o que incorporan nuevas áreas al riego, efectuar un diagnóstico de
aptitud de los suelos para el riego.
2. En proyectos de mejoramiento de sistemas existentes, efectuar solamente un diagnóstico de
calidad mínima de los suelos y de riesgos de degradación.
Para el caso 1, identificar tierras posiblemente regables y elaborar mapa de suelo basado en
observaciones de campo y conocimiento local. Definir sectores de mayor aptitud para el riego.
En caso necesario, sobreponer el mapa de suelos con los límites territoriales. Adjuntar croquis
(1:10.000).
- Para los casos 1 y 2, verificar si los suelos reúnen condiciones mínimas para cultivos
intensivos (profundidad, textura). Identificar procesos o riesgos de degradación de los suelos
en el área de influencia actual y futura (salinidad y erosión). Indicar tipo de riesgo y superficie
de degradación. Adjuntar croquis de zonas de riesgo (1:10.000).
En caso de existir riesgos de degradación, indicar medidas de mitigación y estimar costos
adicionales.
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